martes, 2 de noviembre de 2010

Cortés en el ayuntamiento y Moctezuma en la tele.


Días atrás estuve hablando en un grupo de facebook con un mejicano. El tema en sus últimos derrotes se basaba en la destrucción y el horror cometido por los españoles en las tierras americanas. Tema muy recurrente en cualquier coloquio que se refiera al tema de la cultura precolombina o protohistórica de América.
No voy a iniciar estas palabras insinuando que los españoles fuimos “lunnis” repartiendo caramelos por las tribus indígenas. No lo somos ahora, menos lo fuimos en aquellos tiempos con “cierta” escasez democrática y pacificadora.
Si, Cortés era un verdadero ambicioso, pero no más de lo que es un político “normal” hoy en día. No más de lo que sería una persona con todo por hacer ante sí. Sé que hoy en día, sus actos junto con otros como Lope de Aguirre, Pizarro... no se pueden encajar como morales. Pero volviendo al amigo mejicano, muy indignado por la masacre realizada por los españoles y como a posteriori pude comprobar, desconocedor de las guerras aztecas contra otros pueblos como los taxcaltecas. La costumbre de sacrificar a los guerreros vencidos y a exterminar directamente a los pueblos colindantes. No quiero que esto sea una justificación, si no un ejemplo de lo que en ese momento se demandaba. Si los españoles no daban caramelos, los indígenas tampoco se dieron entre ellos bombones y piruletas.
Un país no debe sentirse avergonzado por su historia, si no por sus hechos. La historia la hace un pueblo, los hechos los hacen hombres.
Hoy en día es fácil zafarse y criticar los hechos pasados. Aprender de ellos al parecer es algo ilógico. Los españoles tenemos la misma ambición malsana, que la que tenían aquellos hombres que viajaron a América en busca de la gloria. Lo que pasa es que ahora en vez de ir tan lejos sólo andan o conducen al consistorio más cercano. Y en el caso de la explotación de esclavos, ahora se acude al joven que no puede independizarse, o al parado que tiene que dar de comer a una familia, para utilizarlos en sus encomiendas ahora llamadas empresas. Todo esto bien bendecido desde los púlpitos donde un “cantamañanas” bien aleccionado exalta el espíritu del buen español cristiano.
Cierto es, que a modo de Bartolomé de las Casas, existen un escaso número de personas que intentan ayudar y ser coherentes con su prédica hacia la sociedad española, afortunadamente hoy no tiene que ser por huevos religioso. Pero como he dicho es una escasa proporción, parecida a la que hoy conocemos entre Fray Bartolomé y la lista de conquistadores un “pelín” cabrones.
¿Y América?. Hoy en día sigue habiendo pequeños jefes tribales que intenta “hostiarse” entre sí y con quién haga falta. El espíritu del guerrero jaguar suramericano, sigue rugiendo en las televisiones internacionales, dando el mismo pasmo que en aquellos momentos tuvo que causar una persona con un palo afilado ante un soldado con arcabuz de los tercios. La desunión tribal que había entonces es casi más patente ahora. Y aún así, Sudamérica tiene oro en su interior, es oro que ni los españoles ni nadie podrán arrebatar, sólo como enemigo el olvido y los recuerdos únicos de matanzas inertes. Su oro es su cultura.
Aprender de la historia cuesta poco y además es gratis, pero no es tan ambicioso como recalificar un terreno, ni tan vistoso como un canal presidencial de televisión.

2 comentarios:

  1. A España no vinieron de otro mundo, los teniamos aquí, la Santa Inquisición, el señorito paco que estuvo cuarenta años engañandonos. De eso algo hemos aprendido por eso tenemos democracia y puedo escribir esto.
    En América del Sur, sí claro hubo muchos errores pero tienen que aprender el "oro" que tienen y revelarse contra esos señoritos que mandan en las "tribus", que en el siglo que estamos esconden el oro para que no lo encuentren y así seguir haciendo de las suyas, así que tanto mirar para atrás para decir lo malo no tiene sentido cuando lo que tienen ahora es peor, pues en esta epoca su mantanzas son consentidas por TODOS. Moira

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  2. Muy cierto. A los políticos actuales de Sudamérica les interesa remover la mierda de hace siglos para que la mierda actual no tomo forma en la superficie. No es más que una cortina de humo. ¿Se cometieron actos atroces? Para el ojo de un individuo del siglo XXI, ¡sí!. Para uno de la época no lo era, era algo lógico, algo a la orden del día.

    Enhorabuena por tu blog Paco! Me encanta! Y sabes que si se da, te daré caña si no estoy de acuerdo!

    Un abrazo!

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