jueves, 9 de diciembre de 2010

¿Qué hay de lo mio, gatito?


sónar.
(Del ingl. sonar, acrón. de sound navigation and ranging, navegación y localización por sonido). 
1. m. Aparato que detecta la presencia y situación de objetos sumergidos mediante ondas acústicas, producidas por el propio objeto o por la reflexión de las emitidas por el aparato.
sumergir.
(Del lat. submergĕre).
1. tr. Meter algo debajo del agua o de otro líquido. U. t. c. prnl.



Definición dada por la R.A.E.

Sí, un sónar. Eso es lo que se ha exigido para el presunto rescate de unos gatitos en el complejo arqueológico del mal llamado templo de Diana, situado en la ciudad de Mérida.
Todo empezó, como casi siempre en éste nuestro país, con el chascarrillo de un operario de las obras que allí se están llevando acabo. La broma, como los compañeros y el propio inconsciente confesaron, fue decir que habían tapado con hormigón una cavidad con los gatitos dentro. Esto ha llevado a que la protectora de la ciudad ,personificada en su la directora, interponga una denuncia a la policía local y a la guardia civil, más una carta al presidente de la junta y otra al alcalde. No bastando con la confesión del operario de que se trataba de una broma, se exige un sónar, que como arriba se explica es un aparato de navegación y localización para objetos sumergidos.
Esto es lo que nos pasa siempre, nos creemos cualquier tontería y encima con ese saber que nos da la televisión o el cine, entendemos que tenemos toda la potestad y juicio para exigir objetos que ni conocemos. Ya que para cuando traigan el sónar el hormigón no esta precisamente líquido. Y además el sónar no es precisamente pequeño ni barato, y a su vez innecesario. Con este “cazurrismo” sólo nos queda esperar a que Wikileaks esclarezca este asunto, o ya en un caso extremo llamar al doctor Emmet Brown que venga con su DeLorean de Regreso al Futuro y nos lleve al pasado para verificar esta información.
Lo cierto es que iba a ser complicado lo del DeLorean, ya que con la mini huelga de los controladores aéreos puede que el doctor Braun no pudiera aterrizar correctamente.
Ciertamente me resulta gracioso lo de esta huelga. Tantas explicaciones sobre el porqué se hace y el porqué se termina, pero ninguna dice el verdadero trasfondo de la cuestión. Y no es más que el que utiliza mi profesor de Historia Contemporánea de España, el caso de “¿Qué hay de lo mio?”.Y Con lo “mio” tenemos que entender que es don dinero. Al parecer estos grandes profesionales sienten una carencia de numeración en sus nóminas. La burrada de dinero que cobran no es suficiente. Esto provoca en sus ánimos una dolencia estresante y el fármaco recomendado para estos casos suele ser el dinero.
La cosa es sencilla, los controladores realizan la pregunta al gobierno - ¿Que hay de lo mio?- Según la respuesta tenemos la dolencia estresante o la más o menos normalidad en la relación.
Y esto, amigos lectores, es la verdadera relación que dinamiza y mueve la economía y situación de nuestro país. El director de la constructora que pregunta al alcalde, -¿Qué hay de lo mio?.- El político de una fuerza minoritaria necesaria para gobernar que le pregunta a su asociado -Y... ¿Qué hay de lo mio?. El sindicalista que pregunta al gobierno o al que toque. -¿Qué hay de lo mio?. Y así hasta no acabar, tocando y mencionando todas las relaciones empresariales españolas.
El problema es que “ de lo mio” queda poco o nada, y menos para un sónar. Además cada vez la dichosa pregunta se hace más.
No se extrañen si estas navidades sus hijos se acercan al Melchor de turno y tirándole de la capa les increpe diciendo – Melchor, Melchor ¿Y de lo mio qué?-

miércoles, 1 de diciembre de 2010

La manita y Somosierra.


Ayer 30 de noviembre de 2010, con las agitaciones que aun deja la histeria colectiva que sufrimos el 29, con un partido con el que los madridistas no tienen más que asumir la derrota y los culés celebrar una fiesta de fútbol magistral y a levantar la manita como si de Madrid 2016 se tratase. Se cumplen 202 años de una batalla que a modo de madridista hay que asumir en esta nuestra historia.
Me refiero a la batalla de Somosierra, en la que el propio Napoleón en persona dirigió y donde se derrochó valor, rabia e impotencia.
Todo empezó con la salida y expolio de José I de la capital y la reacción de Portugal ante Francia. La situación era muy inestable para el francés y sus cercanos.
La reacción desde Paris fue rápida. Se envió a una fuerza de choque de 40.000 hombres para tomar lo más rápido posible Madrid y así volver a colocar a su hermano en el trono.
Para llegar a Madrid debían pasar por el puerto de Somosierra, donde el general español Benito San Juan ya había colocado hábilmente 16 cañones en 3 zonas fortificadas y 9.000 infantes escondidos a las lindes del sinuoso camino.
El 29 de Noviembre de 1808 Napoleón ordena al regimiento de Ruffin que tome el puerto y asegure la zona para poder avanzar. Pero nada más asomar la primera fila, el recibimiento fue como el de Mohurinho en el Camp Nou. La fusilería repelió cada paso de la infantería francesa. Se cuenta que el propio Napoleón tras la imposibilidad de avance de la infantería y con la cólera chisporretando en los ojos, negó que conociera el significado de la palabra imposible. Rápidamente llamó al coronel de caballería polaca Jan Kozietulski. Lo único que le dijo fue, “Tome esa posición al galope”. Seguramente el Emperador, sólo se refería a la primera sección de artillería, la única que se veía y la que estaba dejando los proyectiles a los pies de todo su estado mayor.
Lo que pasó después aun sigue siendo rememorado en el puerto se Somosierra. Con el grito de “Adelante, hijos de perra, el emperador está observando”. Se lanzaron a por la primera poción artillera, una vez tomada, las descargas de la infantería española menguaba las filas de los lanceros polacos, sin pensar más tiempo se lanzaron a por la segunda posición, caballos sin jinetes empezaron a ser mayoría. Los artilleros salían despavoridos por cualquier sitio que no hubiera caballo. Ya desde allí Kozietulski divisó la última posición y como empezaban a replegarse los españoles. Picó espuelas y los pocos que aun se agarraban a su montura le siguieron dejando al fin el camino a Madrid despejado.
La caballería polaca recibió la Légion d´honneur del propio pecho de Napoleón, y desde entonces entraron a formar parte de la Vieja Guardia del Emperador.
Afortunadamente hoy sabemos que las alegrías le durarían poco al francés, y poco a poco, derrota a derrota empezó a darse cuenta que este país traía más problemas que beneficio. Y que su comprensión era casi inconcebible.
Es curioso que esta parte de nuestra historia y muchísima más se cercene en nuestros institutos. Y lo de ,es curioso, lo digo porque para una vez que nos dieron en los hocicos de una formidable manera, el españolito semiculto y depresivo no lo cuenta ni lo enseña. Si este país nada más que tuvo desgracias ,según dicen, encima para una que es digna de enseñar, la quitamos. Pero bueno, si por lo menos a alguien le da la curiosidad y se pone a leer y buscar algo sobre el turbulento periodo de la Guerra de la Independencia, quizá entienda un poquito mejor cómo somos. Ya que poco nos diferenciamos de aquella inmundicia inculta, según los amigos franceses, que se pusieron a dar navajazos ante aquellos que por la fuerza intentaron imponer luz.
Si hoy nos viera hoy Napoleón, seguro que traía menos ejércitos y cambiaba el apellido de José I por el de José Esteban I.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El "Gran Hemicirco" y su gran chiste.


Señoras y señores, lo patético ya es oficial, la política española es un cachondeo.
Los primeros indicios fueron la salida a la luz de los apelativos que se ponían los políticos en el parlamento. Todos recordamos el tema de Bambi y demás. Maravilloso ¿no?.
Los que tenían que estar pensando en gobernar y esas “pequeñas cosas” que tiene el día a día de un estado, se dedican a ponerse motes como si estuvieran en un instituto.
Ya en su momento era para poner el grito en el cielo, pero al parecer eso da un carácter más humano a la vida política.
Ahora en plena campaña de las elecciones catalanas se emite en un programa de chistes, la entrevista ,que se hizo en junio de este año, a la señora Alicia Sánchez Camacho del P.P. La entrevista se emitió ayer.Y bueno, el chiste no podía ser otro que uno metiéndose con el cervatillo. Qué gracioso, ji ji ja ja. Y os tapaba la boca con un kilo de campurrianas a todos.
Por si no fuera poco, el antiguo presidente del Barcelona, el señor Laporta ha contratado a una actriz porno para su campaña. La verdad es que al menos alegra la vista, pero aun así no deja de ser un insulto a la política española. Insultos que aumentan cada día. Supuestamente la elección de un dirigente debería ser algo serio, meditado y respetuoso. Pero lo cierto es que me estaba olvidando de algo muy claro y evidente. Los españoles tenemos lo que nos merecemos. Si los gobernantes son unos incompetentes es sencillamente porque lo consentimos y apoyamos sus conductas,nos reímos de sus chistes, de sus “ingeniosos” motes y nos empalmamos con las curvas de una mujer utilizada como objeto al lado de un cartel político.
Hace unas semanas, es una conversación amena y distraída con algunos de mis familiares comenté que la política actual en España es un “Gran Hermano” moderado. Hoy me doy cuenta de mi error. La política Española está esperando a Mercedes Milá, que se ponga en el centro del hemiciclo vestida de castañuela y que comente las jugadas que allí se graban.
  • Retransmitiendo en directo desde el “hemicirco”, Zapatero muy ofendido por las declaraciones de Rajoy en el confesionario. “Mire usted Super, es un incompetente”- Esto traerá repercusiones en la casa de la Moncloa y puede que no superen la prueba-
Y si esto ya es poco ridículo, resulta que una señora sin estudios, con problemas de drogas, en su pasado dicen, que aporta lindezas tales como que el acueducto de Segovia es medieval, es la tercera en la lista de líderes políticos. El carisma del líder de masas en España se mide por lo cazurro, ignorante y soez que pueda ser. Si esos son los valores que el pueblo admira en las personas, por favor, engullan campurrianas con pan a la hora de criticar a cualquier otro dirigente. Ya que si lo que tenemos es nefasto, lo que venga no va a ser mejor. Esto es lo que este país de pandereta a cultivado día a día. Riendo chistes, aplaudiendo comentarios de instituto y dejando que algo tan valioso para el hombre libre, como es la democracia, sea un circo.

martes, 16 de noviembre de 2010

Rojo, gualdo y fútbol.


Últimamente he observado que en ciertos momentos puntuales España se llena de españoles. No me refiero a que suba la natalidad o que suba la inmigración más de lo normal. Me refiero a esos días en los que los colores nacionales son exaltados con orgullo necio y cateto en cualquier salón que se precie. Con lo de necio y cateto no me refiero al orgullo patrio per se, sino al momento y la forma en que se utiliza. Los días en los que este país se llena de españoles no son otros que los días de fútbol u otro deporte, donde un compatriota deportista pueda ejercer su oficio. En esos momentos el rojo y gualdo es un color predominante en los bares, en el chándal, en la antena del coche y demás lugares insospechados. Esos días es español hasta un bulldog francés. El contraste a toda esta exaltación se puede encontrar en los días sucesivos a estos eventos. En los que las evocaciones tales como: “España es una mierda” , “este país se va a pique” y demás comentarios son tan usuales como el café de la mañana. La roja y gualda se esconde en el armario, se quita de la gran tele del bar, se descuelga de las antenas... y al que la saque un momento más de lo necesario no se priva en recibir algún comentario identificándolo con la sombra más oscura que ha cubierto este país. Con respecto a esto último pienso lo de siempre. La incultura y la ignorancia extrema que sobre nuestra historia se sembró en la época franquista, ha sido recogida por las sucesivas generaciones de todas la ideas políticas y dada a comer los nacidos en la democracia. Y como bien se sabe, la ignorancia es atrevida y las bibliotecas están vacías. Esos colores que hoy sólo son aceptados más o menos mayoritariamente los días en los que nuestra gran selección sale competir, fueron hace mucho tiempo (más de lo que alguno imagina), algo más que poner encima de la tele un día de partido. Esos colores que con premura quitamos tras el pitido final de un partido, y que llevamos al cajón que a modo de lápida utilizamos para esconderlos. Esos mismos colores, se enseñorearon por más de medio mundo con verdadero orgullo. Ya que sólo el hecho de mantenerla en pié era una lucha constante contra todos. El rojo y gualdo aguantó más de 60 días de cañoneo inglés en las murallas de Cartagena de Indias, infligiendo una de las mayores derrotas de la mejor armada inglesa, empujó  y ensartó a la mejor caballería ligera de Napoleón colgados en las varas de los lanceros españoles. Esos colores estaban junto a Don Rafael de Riego el día que obligó al déspota de Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz, lugar donde la bandera nacional ondeaba sin el peligro de que la reventase un cañón francés. Esos colores, lo queramos o no, somos nosotros. Con esos colores se ha delimitado un territorio en el que poder hostiarnos y matarnos unos a otros bien a gusto. Y lo mejor de todo es que esos colores estaban en la bandera republicana y están hoy en día en la bandera nacional y, gracias a ellos, hoy podemos estar sentados en un bar viendo a Iniesta marcar un golazo y pasado mañana tras jugar con Portugal, poder leer un periódico cagándonos en la puta madre que parió a tal o cual afirmando con rotundidad que estamos llevando a este país a la mierda.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El Papa dando y ministros llorando.


No me puedo resistir, tengo que pregonarlo. El Papa ha estado en España. ¡Qué alegría, que alboroto, otro perri...!
Ahora en serio. Vaya vergüenza y cabreo me dan estas cosas. Y no me refiero al despilfarro económico que ha supuesto la venida del alemán, ni a la respuesta escasa de este país que fuera antaño defensor absoluto del catolicismo. Lo que más me llama la atención y en cierto modo me cabrea, son esos comentarios tan anacrónicos con los que el mandatario del Vaticano se ha enseñoreado por tierras gallegas y catalanas.
Al parecer España está sumida en un anticlericarismo, hasta ahí bien, pero que astutamente, midiendo las palabras y sabiendo a lo que se refería, señalara la décadas de los 30. Aquella década de la cual el español de la calle sólo recuerda dos paradigmas. República y Guerra Civil.
No ha podido elegir la época de los gobiernos liberales, con sus desamortizaciones en las cuales la iglesia perdió tierras. Esas décadas en la que las relaciones España -Vaticano estaban tan delicadas que se tuvo que firmar el concordato de 1851.
No, hay que ser un poco cabroncete y meter miedito a los españoles.
Pero ya más tranquilo, hay que darse cuenta de que ese comentario ha sido inspirado por un berrinche al ver que la concentración que se esperaba ha sido menor. Incluso se ha tenido que dejar pasar a la gente sin invitación a la misa de la Sagrada Familia.
Por ello no voy a extenderme apuntando que la intolerancia que vive actualmente el cristianismo es comparable a la que se vivió en la propia España en el siglo XVI, con expulsiones y demás.
Lo que no es justificable es la frase tan cojonuda dedicada a la mujer. Más o menos viene a decir que la mujer tiene que buscar sentirse realizada en el trabajo y en casa. La verdad no sé que decir. Que una mujer tenga que buscar su realización en casa y en el trabajo me deja asombrado. Las actividades de ocio y tranquilidad personal quedan a un lado para la mujer, sólo tiene que trabajar y hacer las tareas de casa. Si esto no es machismo que me ahorquen. Este comentario es más de los 40 en adelante aquí en España. Toda una superación de los valores y respeto que en los 30 se tenían en una constitución que por primera vez en la historia reconocía el voto de la mujer. Quizás haya que recordar al alemán que en 1931 se promulgó una constitución en la que la mujer era igual que el hombre y tenía los mismo derechos, qué casualidad, es en la misma década del anticlericalismo anunciado por el Santo Padre.

Cambiando radicalmente de tema, ya que me estaba destemplando un poco. En estos días hemos asistido a un nuevo cambio ministerial, y otro que se nos va llorando del cargo. Realmente eso no es criticable ya que Moratinos es uno más de los que siguen una arcaica tradición en España. Llorar. Sí, eso es tradición en los dirigentes españoles. Ya Boabdil lloró como una mujer ,según su querida madre, al perder Granada, también hemos visto llorar Carlos Arias Navarro anunciando la muerte del dictador y no van a ser menos las lágrimas de los ministros cesados. Joder, si hasta llora la Esteban. Aquí lloramos todos, dejando la entereza para otros.
Así normal que venga un cantamañanas de blanco con zapatos rojos de Prada y nos dice lo que le sale de los huevos, así los marroquíes nos tratan como quieren, así... así va este país de pandereta, que la política es como el diario de Patricia y los españoles somos el público que se paga con un bocadillo.
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martes, 2 de noviembre de 2010

Cortés en el ayuntamiento y Moctezuma en la tele.


Días atrás estuve hablando en un grupo de facebook con un mejicano. El tema en sus últimos derrotes se basaba en la destrucción y el horror cometido por los españoles en las tierras americanas. Tema muy recurrente en cualquier coloquio que se refiera al tema de la cultura precolombina o protohistórica de América.
No voy a iniciar estas palabras insinuando que los españoles fuimos “lunnis” repartiendo caramelos por las tribus indígenas. No lo somos ahora, menos lo fuimos en aquellos tiempos con “cierta” escasez democrática y pacificadora.
Si, Cortés era un verdadero ambicioso, pero no más de lo que es un político “normal” hoy en día. No más de lo que sería una persona con todo por hacer ante sí. Sé que hoy en día, sus actos junto con otros como Lope de Aguirre, Pizarro... no se pueden encajar como morales. Pero volviendo al amigo mejicano, muy indignado por la masacre realizada por los españoles y como a posteriori pude comprobar, desconocedor de las guerras aztecas contra otros pueblos como los taxcaltecas. La costumbre de sacrificar a los guerreros vencidos y a exterminar directamente a los pueblos colindantes. No quiero que esto sea una justificación, si no un ejemplo de lo que en ese momento se demandaba. Si los españoles no daban caramelos, los indígenas tampoco se dieron entre ellos bombones y piruletas.
Un país no debe sentirse avergonzado por su historia, si no por sus hechos. La historia la hace un pueblo, los hechos los hacen hombres.
Hoy en día es fácil zafarse y criticar los hechos pasados. Aprender de ellos al parecer es algo ilógico. Los españoles tenemos la misma ambición malsana, que la que tenían aquellos hombres que viajaron a América en busca de la gloria. Lo que pasa es que ahora en vez de ir tan lejos sólo andan o conducen al consistorio más cercano. Y en el caso de la explotación de esclavos, ahora se acude al joven que no puede independizarse, o al parado que tiene que dar de comer a una familia, para utilizarlos en sus encomiendas ahora llamadas empresas. Todo esto bien bendecido desde los púlpitos donde un “cantamañanas” bien aleccionado exalta el espíritu del buen español cristiano.
Cierto es, que a modo de Bartolomé de las Casas, existen un escaso número de personas que intentan ayudar y ser coherentes con su prédica hacia la sociedad española, afortunadamente hoy no tiene que ser por huevos religioso. Pero como he dicho es una escasa proporción, parecida a la que hoy conocemos entre Fray Bartolomé y la lista de conquistadores un “pelín” cabrones.
¿Y América?. Hoy en día sigue habiendo pequeños jefes tribales que intenta “hostiarse” entre sí y con quién haga falta. El espíritu del guerrero jaguar suramericano, sigue rugiendo en las televisiones internacionales, dando el mismo pasmo que en aquellos momentos tuvo que causar una persona con un palo afilado ante un soldado con arcabuz de los tercios. La desunión tribal que había entonces es casi más patente ahora. Y aún así, Sudamérica tiene oro en su interior, es oro que ni los españoles ni nadie podrán arrebatar, sólo como enemigo el olvido y los recuerdos únicos de matanzas inertes. Su oro es su cultura.
Aprender de la historia cuesta poco y además es gratis, pero no es tan ambicioso como recalificar un terreno, ni tan vistoso como un canal presidencial de televisión.

martes, 26 de octubre de 2010

Hispania y la independencia de Nápoles.


Ayer noche, como bastante gente, estuve viendo la nueva serie de Hispania. Ya es hora de que saquen argumentos para series dentro de nuestra historia de una forma un tanto más continua. No voy a decir si está o no bien hecha o si existen fallos. Personalmente prefiero esperar un poco, y rezar por que no salgan nazis o algo sin sentido como en otras series de la misma cadena.
Lo que realmente me importa hoy es la utilización que se le ha dado a hechos como los que se describen en la serie, la utilización de un punto concreto en la historia para crear una idea común con limitaciones territoriales.
Es verdaderamente patético ver como cierto grupo de personas se proclaman descendentes de tribus o reinados que el siglo XXI no existen más allá de los museos, la arqueología y la propia historia. Denominaciones como el país luso, gaélicos, vetones y demás en un contexto actual es casi tan erróneo como escribir hoy en día ficieron en un mensaje de texto.
Ciertos es qué estas denominaciones con respecto a una idea común son de un nacionalismo de hace más de dos siglos, pero también la Cortes de Cádiz se reunieron hace doscientos años y ahora no se aceptan la mayoría de los artículos que tiene.
Pensando en todo esto, recordé la discusión que tuve con una compañera catalana que reivindicaba la Corona de Aragón independiente con capital en Barcelona. Tras escuchar su parrafada e insultos hechos a machetazos, le pregunté si tan sólo era una idea propia o de un colectivo. Me contestó que ella pertenece a una asociación o algo así, que reivindica con carácter histórico este hecho. Yo haciendo un poco de memoria y acordándome de Don Gonzalo Fernández de Cordoba (El Gran Capitán), le comenté que qué tal llevaban el tema de Nápoles y demás. Ella sorprendida y con cierta mirada superioridad me contestó diciendo: ¿Qué coño tiene eso que ver?. Yo como el resorte de una ballesta le dije, que coño el de mi madre, pero que la Corona de Aragón también ocupaba territorios actualmente italianos. Ella con cara de sorpresa decidió retirarse sin poder argumentar poco más.
Utilizar hechos históricos para reclamar realidades actuales en mi opinión en casi inconsistente, si realmente se busca una separación, es más lógico argumentar otro tipo de hechos como la cabezonería, la necesidad de notoriedad pública, el victimismo o el ansiaputa. Pero creo que eso hechos nos uniría más, y nos veríamos mucho más identificados desde las Canarias al Cabo de Creus.
Ni Viriato, ni Pelayo, ni tan siquiera Fernando de Aragón podría reconocer a sus iguales entre nosotros, ya que para gracia o desgracia de todos, los españoles somos diferentes y con las cosas más tontas idénticos.

jueves, 21 de octubre de 2010

El pecado Original del español


Anoche, hablando con mi compañero de piso sobre nuestras aficiones bélicas (en el ámbito formativo y cultural). Llegamos al eterno punto muerto, que con tristeza asentimos y da paso a los coletazos finales del tema. Vaya mierda de españoles que poblamos esta tierra en los tiempos actuales y no tanto.
Yo, a modo de anécdota lo llamo “el Pecado Original del español”. Como dice el dogma cristiano, el Pecado Original es el que se obtiene de nacimiento, por culpa una pareja de gamberros que decidió hacer tarta de manzana sin avisar al chef. Este hecho marca con impronta de hierro y fuego el inicio de la existencia humana.
El Pecado Original del español, es el que se nos introduce desde pequeños sobre nuestro propio país. El problema es que al parecer, éste no tiene agua bautismal. Cuando un español de a pié habla de la historia y de los personajes de sus país, que ya rara vez se produce este hecho, hay ciertas palabras que no pueden faltar en el discurso: Asesinos, pobres, maltrechos, hijos de puta, tontos, vagos, inútiles,cabrones, irrisorios, maleantes, ladrones, sucios... Y así hasta quedar a cualquiera que tuviera un nombre perdurable a la altura de las lombrices.
Esto se debe al síntoma que caracteriza a nuestro Pecado. La depresión. Cuando estamos deprimidos las expresiones tales como “estoy jodido”, “mi vida es una puta mierda”, “estoy vago e inútil”... no faltan. Pues eso mismo nos pasa al recordar nuestra historia. Sufrimos depresión, todo fue horroroso e inútil.
También es cierto, que como hacen las drogas antidepresivas, se puede encontrar una reacción contraria, el patriotismo exacerbado. España una, España gran... y España se quedo tuerta. Esto también se recoge en el Pecado Original patrio, a pecar no nos gana nadie. Ya que algo tenemos que hacer bien.
Pero a pesar de toda la gracia que puedan tener estas palabras, hay algo que produce cierta pena. Mientras unos plagan de banderas las calles, otros llevan nombres ilustres hasta en los pantalones y otros hacen películas de piratas con sentir nacional. Nosotros padecemos de presión o alteración de la consciencia. Parece que este país nació en 1936 y que lo demás no es más que apuntes a esta fecha. Realmente los españoles sólo quiere conocer del 36 en adelante, llorar o reír por ello y ante todo, que la Esteban no falte después de comer.