miércoles, 24 de noviembre de 2010

El "Gran Hemicirco" y su gran chiste.


Señoras y señores, lo patético ya es oficial, la política española es un cachondeo.
Los primeros indicios fueron la salida a la luz de los apelativos que se ponían los políticos en el parlamento. Todos recordamos el tema de Bambi y demás. Maravilloso ¿no?.
Los que tenían que estar pensando en gobernar y esas “pequeñas cosas” que tiene el día a día de un estado, se dedican a ponerse motes como si estuvieran en un instituto.
Ya en su momento era para poner el grito en el cielo, pero al parecer eso da un carácter más humano a la vida política.
Ahora en plena campaña de las elecciones catalanas se emite en un programa de chistes, la entrevista ,que se hizo en junio de este año, a la señora Alicia Sánchez Camacho del P.P. La entrevista se emitió ayer.Y bueno, el chiste no podía ser otro que uno metiéndose con el cervatillo. Qué gracioso, ji ji ja ja. Y os tapaba la boca con un kilo de campurrianas a todos.
Por si no fuera poco, el antiguo presidente del Barcelona, el señor Laporta ha contratado a una actriz porno para su campaña. La verdad es que al menos alegra la vista, pero aun así no deja de ser un insulto a la política española. Insultos que aumentan cada día. Supuestamente la elección de un dirigente debería ser algo serio, meditado y respetuoso. Pero lo cierto es que me estaba olvidando de algo muy claro y evidente. Los españoles tenemos lo que nos merecemos. Si los gobernantes son unos incompetentes es sencillamente porque lo consentimos y apoyamos sus conductas,nos reímos de sus chistes, de sus “ingeniosos” motes y nos empalmamos con las curvas de una mujer utilizada como objeto al lado de un cartel político.
Hace unas semanas, es una conversación amena y distraída con algunos de mis familiares comenté que la política actual en España es un “Gran Hermano” moderado. Hoy me doy cuenta de mi error. La política Española está esperando a Mercedes Milá, que se ponga en el centro del hemiciclo vestida de castañuela y que comente las jugadas que allí se graban.
  • Retransmitiendo en directo desde el “hemicirco”, Zapatero muy ofendido por las declaraciones de Rajoy en el confesionario. “Mire usted Super, es un incompetente”- Esto traerá repercusiones en la casa de la Moncloa y puede que no superen la prueba-
Y si esto ya es poco ridículo, resulta que una señora sin estudios, con problemas de drogas, en su pasado dicen, que aporta lindezas tales como que el acueducto de Segovia es medieval, es la tercera en la lista de líderes políticos. El carisma del líder de masas en España se mide por lo cazurro, ignorante y soez que pueda ser. Si esos son los valores que el pueblo admira en las personas, por favor, engullan campurrianas con pan a la hora de criticar a cualquier otro dirigente. Ya que si lo que tenemos es nefasto, lo que venga no va a ser mejor. Esto es lo que este país de pandereta a cultivado día a día. Riendo chistes, aplaudiendo comentarios de instituto y dejando que algo tan valioso para el hombre libre, como es la democracia, sea un circo.

martes, 16 de noviembre de 2010

Rojo, gualdo y fútbol.


Últimamente he observado que en ciertos momentos puntuales España se llena de españoles. No me refiero a que suba la natalidad o que suba la inmigración más de lo normal. Me refiero a esos días en los que los colores nacionales son exaltados con orgullo necio y cateto en cualquier salón que se precie. Con lo de necio y cateto no me refiero al orgullo patrio per se, sino al momento y la forma en que se utiliza. Los días en los que este país se llena de españoles no son otros que los días de fútbol u otro deporte, donde un compatriota deportista pueda ejercer su oficio. En esos momentos el rojo y gualdo es un color predominante en los bares, en el chándal, en la antena del coche y demás lugares insospechados. Esos días es español hasta un bulldog francés. El contraste a toda esta exaltación se puede encontrar en los días sucesivos a estos eventos. En los que las evocaciones tales como: “España es una mierda” , “este país se va a pique” y demás comentarios son tan usuales como el café de la mañana. La roja y gualda se esconde en el armario, se quita de la gran tele del bar, se descuelga de las antenas... y al que la saque un momento más de lo necesario no se priva en recibir algún comentario identificándolo con la sombra más oscura que ha cubierto este país. Con respecto a esto último pienso lo de siempre. La incultura y la ignorancia extrema que sobre nuestra historia se sembró en la época franquista, ha sido recogida por las sucesivas generaciones de todas la ideas políticas y dada a comer los nacidos en la democracia. Y como bien se sabe, la ignorancia es atrevida y las bibliotecas están vacías. Esos colores que hoy sólo son aceptados más o menos mayoritariamente los días en los que nuestra gran selección sale competir, fueron hace mucho tiempo (más de lo que alguno imagina), algo más que poner encima de la tele un día de partido. Esos colores que con premura quitamos tras el pitido final de un partido, y que llevamos al cajón que a modo de lápida utilizamos para esconderlos. Esos mismos colores, se enseñorearon por más de medio mundo con verdadero orgullo. Ya que sólo el hecho de mantenerla en pié era una lucha constante contra todos. El rojo y gualdo aguantó más de 60 días de cañoneo inglés en las murallas de Cartagena de Indias, infligiendo una de las mayores derrotas de la mejor armada inglesa, empujó  y ensartó a la mejor caballería ligera de Napoleón colgados en las varas de los lanceros españoles. Esos colores estaban junto a Don Rafael de Riego el día que obligó al déspota de Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz, lugar donde la bandera nacional ondeaba sin el peligro de que la reventase un cañón francés. Esos colores, lo queramos o no, somos nosotros. Con esos colores se ha delimitado un territorio en el que poder hostiarnos y matarnos unos a otros bien a gusto. Y lo mejor de todo es que esos colores estaban en la bandera republicana y están hoy en día en la bandera nacional y, gracias a ellos, hoy podemos estar sentados en un bar viendo a Iniesta marcar un golazo y pasado mañana tras jugar con Portugal, poder leer un periódico cagándonos en la puta madre que parió a tal o cual afirmando con rotundidad que estamos llevando a este país a la mierda.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El Papa dando y ministros llorando.


No me puedo resistir, tengo que pregonarlo. El Papa ha estado en España. ¡Qué alegría, que alboroto, otro perri...!
Ahora en serio. Vaya vergüenza y cabreo me dan estas cosas. Y no me refiero al despilfarro económico que ha supuesto la venida del alemán, ni a la respuesta escasa de este país que fuera antaño defensor absoluto del catolicismo. Lo que más me llama la atención y en cierto modo me cabrea, son esos comentarios tan anacrónicos con los que el mandatario del Vaticano se ha enseñoreado por tierras gallegas y catalanas.
Al parecer España está sumida en un anticlericarismo, hasta ahí bien, pero que astutamente, midiendo las palabras y sabiendo a lo que se refería, señalara la décadas de los 30. Aquella década de la cual el español de la calle sólo recuerda dos paradigmas. República y Guerra Civil.
No ha podido elegir la época de los gobiernos liberales, con sus desamortizaciones en las cuales la iglesia perdió tierras. Esas décadas en la que las relaciones España -Vaticano estaban tan delicadas que se tuvo que firmar el concordato de 1851.
No, hay que ser un poco cabroncete y meter miedito a los españoles.
Pero ya más tranquilo, hay que darse cuenta de que ese comentario ha sido inspirado por un berrinche al ver que la concentración que se esperaba ha sido menor. Incluso se ha tenido que dejar pasar a la gente sin invitación a la misa de la Sagrada Familia.
Por ello no voy a extenderme apuntando que la intolerancia que vive actualmente el cristianismo es comparable a la que se vivió en la propia España en el siglo XVI, con expulsiones y demás.
Lo que no es justificable es la frase tan cojonuda dedicada a la mujer. Más o menos viene a decir que la mujer tiene que buscar sentirse realizada en el trabajo y en casa. La verdad no sé que decir. Que una mujer tenga que buscar su realización en casa y en el trabajo me deja asombrado. Las actividades de ocio y tranquilidad personal quedan a un lado para la mujer, sólo tiene que trabajar y hacer las tareas de casa. Si esto no es machismo que me ahorquen. Este comentario es más de los 40 en adelante aquí en España. Toda una superación de los valores y respeto que en los 30 se tenían en una constitución que por primera vez en la historia reconocía el voto de la mujer. Quizás haya que recordar al alemán que en 1931 se promulgó una constitución en la que la mujer era igual que el hombre y tenía los mismo derechos, qué casualidad, es en la misma década del anticlericalismo anunciado por el Santo Padre.

Cambiando radicalmente de tema, ya que me estaba destemplando un poco. En estos días hemos asistido a un nuevo cambio ministerial, y otro que se nos va llorando del cargo. Realmente eso no es criticable ya que Moratinos es uno más de los que siguen una arcaica tradición en España. Llorar. Sí, eso es tradición en los dirigentes españoles. Ya Boabdil lloró como una mujer ,según su querida madre, al perder Granada, también hemos visto llorar Carlos Arias Navarro anunciando la muerte del dictador y no van a ser menos las lágrimas de los ministros cesados. Joder, si hasta llora la Esteban. Aquí lloramos todos, dejando la entereza para otros.
Así normal que venga un cantamañanas de blanco con zapatos rojos de Prada y nos dice lo que le sale de los huevos, así los marroquíes nos tratan como quieren, así... así va este país de pandereta, que la política es como el diario de Patricia y los españoles somos el público que se paga con un bocadillo.
----------------------------------------------------------------------------------------
El blog ya tiene twitter: FraciscoBuscon.

martes, 2 de noviembre de 2010

Cortés en el ayuntamiento y Moctezuma en la tele.


Días atrás estuve hablando en un grupo de facebook con un mejicano. El tema en sus últimos derrotes se basaba en la destrucción y el horror cometido por los españoles en las tierras americanas. Tema muy recurrente en cualquier coloquio que se refiera al tema de la cultura precolombina o protohistórica de América.
No voy a iniciar estas palabras insinuando que los españoles fuimos “lunnis” repartiendo caramelos por las tribus indígenas. No lo somos ahora, menos lo fuimos en aquellos tiempos con “cierta” escasez democrática y pacificadora.
Si, Cortés era un verdadero ambicioso, pero no más de lo que es un político “normal” hoy en día. No más de lo que sería una persona con todo por hacer ante sí. Sé que hoy en día, sus actos junto con otros como Lope de Aguirre, Pizarro... no se pueden encajar como morales. Pero volviendo al amigo mejicano, muy indignado por la masacre realizada por los españoles y como a posteriori pude comprobar, desconocedor de las guerras aztecas contra otros pueblos como los taxcaltecas. La costumbre de sacrificar a los guerreros vencidos y a exterminar directamente a los pueblos colindantes. No quiero que esto sea una justificación, si no un ejemplo de lo que en ese momento se demandaba. Si los españoles no daban caramelos, los indígenas tampoco se dieron entre ellos bombones y piruletas.
Un país no debe sentirse avergonzado por su historia, si no por sus hechos. La historia la hace un pueblo, los hechos los hacen hombres.
Hoy en día es fácil zafarse y criticar los hechos pasados. Aprender de ellos al parecer es algo ilógico. Los españoles tenemos la misma ambición malsana, que la que tenían aquellos hombres que viajaron a América en busca de la gloria. Lo que pasa es que ahora en vez de ir tan lejos sólo andan o conducen al consistorio más cercano. Y en el caso de la explotación de esclavos, ahora se acude al joven que no puede independizarse, o al parado que tiene que dar de comer a una familia, para utilizarlos en sus encomiendas ahora llamadas empresas. Todo esto bien bendecido desde los púlpitos donde un “cantamañanas” bien aleccionado exalta el espíritu del buen español cristiano.
Cierto es, que a modo de Bartolomé de las Casas, existen un escaso número de personas que intentan ayudar y ser coherentes con su prédica hacia la sociedad española, afortunadamente hoy no tiene que ser por huevos religioso. Pero como he dicho es una escasa proporción, parecida a la que hoy conocemos entre Fray Bartolomé y la lista de conquistadores un “pelín” cabrones.
¿Y América?. Hoy en día sigue habiendo pequeños jefes tribales que intenta “hostiarse” entre sí y con quién haga falta. El espíritu del guerrero jaguar suramericano, sigue rugiendo en las televisiones internacionales, dando el mismo pasmo que en aquellos momentos tuvo que causar una persona con un palo afilado ante un soldado con arcabuz de los tercios. La desunión tribal que había entonces es casi más patente ahora. Y aún así, Sudamérica tiene oro en su interior, es oro que ni los españoles ni nadie podrán arrebatar, sólo como enemigo el olvido y los recuerdos únicos de matanzas inertes. Su oro es su cultura.
Aprender de la historia cuesta poco y además es gratis, pero no es tan ambicioso como recalificar un terreno, ni tan vistoso como un canal presidencial de televisión.