Ayer noche, como bastante gente, estuve viendo la nueva serie de Hispania. Ya es hora de que saquen argumentos para series dentro de nuestra historia de una forma un tanto más continua. No voy a decir si está o no bien hecha o si existen fallos. Personalmente prefiero esperar un poco, y rezar por que no salgan nazis o algo sin sentido como en otras series de la misma cadena.
Lo que realmente me importa hoy es la utilización que se le ha dado a hechos como los que se describen en la serie, la utilización de un punto concreto en la historia para crear una idea común con limitaciones territoriales.
Es verdaderamente patético ver como cierto grupo de personas se proclaman descendentes de tribus o reinados que el siglo XXI no existen más allá de los museos, la arqueología y la propia historia. Denominaciones como el país luso, gaélicos, vetones y demás en un contexto actual es casi tan erróneo como escribir hoy en día ficieron en un mensaje de texto.
Ciertos es qué estas denominaciones con respecto a una idea común son de un nacionalismo de hace más de dos siglos, pero también la Cortes de Cádiz se reunieron hace doscientos años y ahora no se aceptan la mayoría de los artículos que tiene.
Pensando en todo esto, recordé la discusión que tuve con una compañera catalana que reivindicaba la Corona de Aragón independiente con capital en Barcelona. Tras escuchar su parrafada e insultos hechos a machetazos, le pregunté si tan sólo era una idea propia o de un colectivo. Me contestó que ella pertenece a una asociación o algo así, que reivindica con carácter histórico este hecho. Yo haciendo un poco de memoria y acordándome de Don Gonzalo Fernández de Cordoba (El Gran Capitán), le comenté que qué tal llevaban el tema de Nápoles y demás. Ella sorprendida y con cierta mirada superioridad me contestó diciendo: ¿Qué coño tiene eso que ver?. Yo como el resorte de una ballesta le dije, que coño el de mi madre, pero que la Corona de Aragón también ocupaba territorios actualmente italianos. Ella con cara de sorpresa decidió retirarse sin poder argumentar poco más.
Utilizar hechos históricos para reclamar realidades actuales en mi opinión en casi inconsistente, si realmente se busca una separación, es más lógico argumentar otro tipo de hechos como la cabezonería, la necesidad de notoriedad pública, el victimismo o el ansiaputa. Pero creo que eso hechos nos uniría más, y nos veríamos mucho más identificados desde las Canarias al Cabo de Creus.
Ni Viriato, ni Pelayo, ni tan siquiera Fernando de Aragón podría reconocer a sus iguales entre nosotros, ya que para gracia o desgracia de todos, los españoles somos diferentes y con las cosas más tontas idénticos.
Ni Viriato, ni Pelayo, ni tan siquiera Fernando de Aragón podría reconocer a sus iguales entre nosotros, ya que para gracia o desgracia de todos, los españoles somos diferentes y con las cosas más tontas idénticos.